¿Influye la microbiota intestinal en nuestra salud?
¿Te has parado a pensar alguna vez que en nuestro intestino tenemos un gran y maravilloso mundo microscópico vivo que ...
El Síndrome del Intestino Irritable (conocido coloquialmente como colon irritable) es un trastorno gastrointestinal que en los países desarrollados afecta hasta al 15% de las personas en algún momento de su vida, y en el que intervienen múltiples factores. Es una patología multifactorial con impacto negativo en la calidad de vida de la persona que lo sufre. Actualmente el objetivo del tratamiento es controlar los síntomas.
Se trata de un trastorno gastrointestinal funcional, lo que quiere decir que los exámenes, pruebas y analíticas practicadas no revelan una alteración, lesión o proceso patológico en el intestino que lo cause. Actualmente forma parte del grupo de los trastornos de la interacción del eje intestino-cerebro.
Los problemas digestivos como diarreas, estreñimiento, dolor abdominal, hinchazón, gases y digestiones pesadas, característicos del colon irritable, pueden ser indicativos de que existe un desequilibrio en la microbiota intestinal.
Con los hábitos y estilos de vida actuales, a veces experimentamos situaciones y sobrecargas que pueden desencadenar respuestas de ansiedad y estrés. Estos estados pueden influir negativamente tanto en nuestro bienestar gastrointestinal como mental.
Las personas que sufren de colon irritable tienen problemas gastrointestinales con indicaciones físicas leves a moderadas, pero en algunos casos también experimentan estrés, ansiedad y fatiga severos, frecuentes y pronunciados que interrumpen su vida diaria.
Ahora sabemos que los microorganismos que viven en nuestro intestino (conocidos colectivamente como nuestra microbiota intestinal) pueden comunicarse con el cerebro a lo largo del eje intestino-cerebro, a través de varias vías de señalización directas e indirectas y a través de la producción de metabolitos.
Los microorganismos del intestino pueden producir neurotransmisores y moléculas neuroactivas que pueden influir en el cerebro. La evidencia científica muestra que nuestros microorganismos intestinales pueden influir en cómo funciona nuestro cerebro, cómo respondemos al estrés, en nuestro estado de ánimo e incluso cómo nos comportamos. Por lo tanto, el eje microbiota-intestino-cerebro desempeña un papel esencial en nuestra salud general, incluido el bienestar mental y la salud cognitiva.
El nervio vago informa al intestino de cuándo y cómo debe funcionar, siendo este el motivo por el que algunas personas, cuando nos sentimos estresadas presentamos síntomas intestinales.
El estrés es parte de la vida. Es una respuesta natural, biológica y necesaria para la supervivencia ante una amenaza percibida, y no siempre es perjudicial. Pensemos por ejemplo en ese examen, esa entrevista de trabajo o la presentación que tuviste que dar. Aunque son situaciones estresantes ¡debes agradecer la respuesta de tu cuerpo al estrés por aumentar su productividad para superar la situación!
La exposición a situaciones de estrés no es en sí misma algo "malo" o que conlleve a efectos necesariamente negativos. Pero, cuando estas situaciones estresantes se producen en exceso o se repiten de manera continuada en nuestra vida cotidiana, se produce una sobrecarga de tensión que repercute en nuestro organismo y provoca la aparición de problemas y enfermedades que impiden el normal funcionamiento de nuestro cuerpo.
La causa del estrés es la presencia real de un factor estresante: dolor, alimentación desequilibrada, ritmos de vida muy intensos, exceso de trabajo, preocupaciones por la familia, etc…
Cuando esa respuesta del organismo continúa presente cuando ya ha desaparecido el estímulo estresante, se genera la ansiedad, una respuesta emocional de aprehensión, inquietud y desasosiego que se produce en ausencia de un estímulo claro.
El estrés afecta la fisiología de todo el cuerpo, incluyendo el intestino y la comunidad de microorganismos que viven allí. Las hormonas del estrés no solo pueden alterar físicamente el entorno del intestino, sino que los estudios han demostrado que la exposición al estrés durante toda la vida puede cambiar la composición de la microbiota intestinal.
Ahora que hemos establecido que el estrés afecta a nuestra microbiota intestinal y que nuestros microorganismos intestinales pueden influir en cómo respondemos al estrés, ¿podemos dirigirnos a la microbiota intestinal para influir también en el estrés y el estado de ánimo? ¡La respuesta es sí!
En la actualidad, la mayoría de los productos para para ayudar a manejar los síntomas del Síndrome del Intestino Irritable abordan principalmente los síntomas gastrointestinales, pero aún no han abordado la compleja interacción microbiota-intestino-cerebro.
Alflorex® Dual Action se basa en los últimos descubrimientos científicos que satisfacen las necesidades apremiantes de estas personas.
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