¿Qué es la función barrera intestinal?
Si sufres Síndrome del Intestino Irritable, coloquialmente conocido como colon irritable, sabrás que no es una enfermedad como tal sino ...
Cuando la diversidad de estas cepas bacterianas disminuye o se ve alterada, la colonización con especies bacterianas útiles se ve perturbada y se desarrolla un desequilibrio en la flora intestinal, que puede traducirse en diversos trastornos fisiológicos. Por ello, en algunas ocasiones es importante “sembrar” la zona con bacterias beneficiosas.
Los probióticos son las bacterias buenas que se pueden administrar al ser humano y que quedan en el intestino, ejerciendo una acción positiva sobre la salud. Se ha comprobado que algunos probióticos como Bifidobacterium longum 35624 mejoran la sintomatología de las personas que padecen colon irritable.
Los estudios que se vienen realizando desde hace unos años han evidenciado ciertos avances en investigación que permiten vislumbrar soluciones para más de 3 millones de españoles que sufren de este trastorno digestivo.
A continuación, os dejamos un resumen de una conferencia muy interesante impartida por el doctor Mearin (jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Centro Médico Teknon de Barcelona) con objeto de “El día del bienestar” que organizó hace un par de años Saber Vivir.
El Dr. Fermín Mearín explicó que en nuestro intestino existen más de 100 trillones de bacterias. Estas bacterias pueden ser de cientos de especies diferentes y, para darle contexto a este número, lo comparó con la población del mundo: ¡sólo somos 7.000 millones de habitantes!
Parece que vivimos en un mundo superpoblado… pero nada comparable con el número de microorganismos que tenemos en nuestra microbiota. Los 100 trillones de bacterias en nuestro interior suponen 100 veces más de genes bacterianos que el número de genes que forman el genoma humano.
El ser humano por dentro es como un autobús lleno de bacterias. En realidad, somos un vehículo que transporta dentro un conjunto de “unidades de vida” que tienen comportamientos diferentes y específicos.
Lo importante es que ese número tan grande de bacterias que componen la microbiota intestinal sea lo más diversa posible, se encuentren en una forma equilibrada y convivan de una manera “amigable”. Resumiendo: balance y diversidad. Ahora bien, cuando ese equilibrio se rompe por un predominio de bacterias “problemáticas”, se genera un problema en el intestino.
La flora bacteriana, más correctamente denominada “microbiota intestinal” comentó el Dr. Mearin, es más una “fauna animal” compuesta por miles de microorganismos chiquititos que unas veces se comportan como amigos y otras como enemigos de nuestro cuerpo, y da soporte a muchas funciones en nuestro organismo, entre ellas:
La microbiota del intestino está compuesta por una enorme diversidad de bacterias que va modificándose a lo largo de la vida. Entre sus numerosas funciones hay que destacar que son una importante barrera de protección frente a infecciones, pero también producen vitaminas, regulan la actividad metabólica, actúan sobre el metabolismo de medicamentos, e incluso afectan nuestro a comportamiento y a nuestras emociones.
Los Bacteroidetes y los Firmicutes (dos de las cinco familias de bacterias presentes en la microbiota intestinal humana) son los grupos de bacterias más abundantes en el intestino humano, y conforman entre el 80- 90% de una flora intestinal sana.
Estas bacterias van a llevar a cabo funciones muy importantes en nuestra salud y el balance-desbalance que exista entre Firmicutes (más abundantes en los adultos) y las Bacteroidetes (más abundantes al nacer) va a influir en muchos procesos fisiológicos. Por ejemplo, si vamos a ser delgados u obesos, si vamos a tener enfermedades cardiovasculares, diabetes, arterioesclerosis, e incluso va a influir sobre el sistema emocional, si vamos a estar deprimidos o vamos a sufrir ansiedad.
Es como los antibióticos, cuando vamos a la farmacia no decimos “deme un antibiótico”, sino que pedimos el que el médico nos ha prescrito para un problema concreto. Pues con los probióticos pasa lo mismo.
En palabras del Dr. Mearin, “Todos esos microorganismos que tenemos dentro van a influir en muchas de las cosas que nos van a pasar a lo largo de la vida…. y también en las que han pasado anteriormente. Por ejemplo, si nacemos por vía vaginal tendremos una mayor diversidad bacteriana, un exceso de antibióticos en la infancia favorece la obesidad en la edad adulta, …Ojo, digo influir, pero no son el único factor que los determinan”.
Normalmente, el porcentaje de Firmicutes es más alto que el de Bacteroidetes, incluso puede llegar a ser 5 veces mayor.
El Dr. Mearin comentó que, aunque el estudio de la microbiota intestinal está “prácticamente naciendo”, ya se están descubriendo soluciones basadas en el consumo de bacterias específicas que nos ayudan a modificar y balancear nuestra microbiota. Tanto es así que existen muchos probióticos orientados a reducir diferentes problemas intestinales, como por ejemplo los causadas por el colon irritable.
Los probióticos son buenos: Sí, pero ni todos son iguales, ni todos sirven para lo mismo, ni todos están respaldados por estudios clínicos que avalan su utilidad. Es como los antibióticos, cuando vamos a la farmacia no decimos “deme un antibiótico”, sino que pedimos el que el médico nos ha prescrito para un problema concreto. Pues con los probióticos pasa lo mismo. Probióticos hay cientos y unos valen para unas cosas, otros para otras y otros cuantos para muy poco, porque las bacterias que contienen no llegan vivas a nuestro intestino. Para que produzcan efecto las bacterias probióticas, han de llegar vivas al intestino y hacerse fuertes luego allí frente a las bacterias malas” dice Mearin y advierte “ojo con los productos y los establecimientos no contratados”.
Igualmente, el doctor explicó que habría que trabajar más con las farmacias porque “en ocasiones el farmacéutico incluye todos los productos probióticos en un mismo saco, y a falta de un producto concreto, recomienda otro que tiene a mano, aunque esas cepas no sean similares o no tengan estudios que avalen lo que ofrecen.”
A modo de ejemplo, presentó un estudio clínico realizado sobre 77 pacientes con SII que fueron tratados con dos cepas probióticas y un placebo control y el efecto que causó cada uno de ellos sobre la sintomatología de los pacientes. En sus palabras: “los resultados muestran que no tiene nada que ver tomar por ejemplo Alflorex, con la cepa Bifidobacterium longum 35624® (que es una solución específica para colon irritable) que consumir un multi-probiótico general”.
Recomendó finalmente investigar sobre los estudios que avalan cada fórmula y decidirse por aquellas mejor sustentadas por la ciencia para cada síntoma concreto.
Pues obtener más onformación sobre este tema en el siguiente vídeo.
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