El estreñimiento, más que una enfermedad en sí es un cuadro clínico multifactorial que hace referencia a la apreciación que cada persona tiene sobre su hábito intestinal. Es un síntoma gastrointestinal muy común que afecta casi al 20% de la población en general.
Dado el amplio margen de hábitos intestinales normales, resulta difícil definir con exactitud el estreñimiento. Por ello, el estreñimiento se define como una defecación infrecuente (menos de 3 veces por semana) acompañada de esfuerzo excesivo, en la que las heces son duras y secas, seguido de una sensación de evacuación incompleta.
En la práctica, se utiliza como criterio más objetivo, la frecuencia de la defecación, y aunque cada persona tiene una frecuencia de evacuación propia, se considera que una persona está estreñida cuando hay ausencia de deposiciones durante más de tres días seguidos, nos exige un gran esfuerzo y las heces son secas y duras. Pero … no tenemos que obsesionarnos con ir al baño a diario.
El estreñimiento es un problema que se puede presentar a cualquier edad, pero su prevalencia es mayor en mujeres que en hombres, en niños que en adultos, en pacientes de edad avanzada que en jóvenes, y en situaciones determinadas: personas que aguantan la sensación de evacuar, en el embarazo, tercera edad, por cambios en las costumbres (viajes, cambios de horarios, de alimentación), ansiedad, nerviosismo, sedentarismo, poco ejercicio, poca agua, alimentación rica en grasas y proteínas, ciertas enfermedades, etc.
En definitiva, el estreñimiento nos preocupa. Sólo tenemos que ver la cantidad de productos en el mercado que nos prometen ir al cuarto de baño sin problemas.
Aunque en la mayoría de los casos es de naturaleza leve e intermitente, sin una causa orgánica identificable y se resuelve exitosamente con modificaciones higiénico-dietéticas (por ejemplo, ejercicio e ingesta de fibra), existen algunas situaciones con síntomas crónicos que resultan más difíciles de tratar. Estos casos, tras su evaluación y manejo inicial son referidos normalmente al gastroenterólogo.
Factores desencadenantes del estreñimiento
Las razones de esta dificultad para visitar el “trono”, que afecta a uno de cada cinco españoles, especialmente a mujeres y mayores de 65 años, están relacionadas fundamentalmente con una inadecuada alimentación.
1- Hábitos alimenticios
- Ingesta insuficiente de líquidos
- Ingesta insuficiente de alimentos
- Dieta pobre en FIBRAS
- Acción astringente de ciertos alimentos y bebidas
- Comer deprisa
2- Estilo de vida
- Vida sedentaria: falta de actividad física.
- Fallo en adquirir el hábito de la defecación.
- Negligencia en responder la necesidad de defecar. No ayuda que nos aguantemos las ganas de ir a defecar porque llevamos prisa o creemos que no es el lugar adecuado, por ejemplo, cuando recibimos “la llamada” en el trabajo. Si nos reprimimos habitualmente, el cuerpo dejará de avisarnos y el estreñimiento llamará a la puerta cada vez con más frecuencia.
- Cambios ambientales.
- Cambios psicosociales.
3- Causas psicológicas
- Obsesión por la Frecuencia y la Consistencia.
- Estados emocionales.
4- Uso de determinados medicamentos. A veces el estreñimiento está relacionado con el consumo de algunos medicamentos (ansiolíticos, antidepresivos y antihipertensivos).
5- Causas patológicas. Disfunción debida a algunas enfermedades (diabetes, hipotiroidismo,
patologías intestinales como el síndrome de intestino irritable, trastornos del sistema nervioso, etc.).
El embarazo, el estrés y los viajes también pueden contribuir al estreñimiento u otros cambios en las deposiciones.
En los niños, el estreñimiento se presenta con frecuencia cuando retienen las deposiciones. Esto puede pasar cuando no están listos para el entrenamiento en el control de esfínteres o cuando le temen.
El estreñimiento es un problema que afecta cada vez a un mayor número de personas. Los cambios en la alimentación, comer fuera de casa, y el estrés, hacen que cada vez sea mayor la incidencia de este problema.
Tipos de estreñimiento
- Estreñimiento pasajero: surge de forma temporal por una causa externa relacionada con un cambio de dieta, ritmo de vida, vacaciones, estrés, falta de ejercicio, toma de un medicamento, … Cuando desaparece esta causa, se retoma el ritmo normal.
- Estreñimiento crónico: se produce durante largos periodos de tiempo. Hay que establecer un diagnóstico para descartar una enfermedad en su origen y adoptar hábitos saludables que restablezcan el ritmo normal de la defecación.
¿Qué son los laxantes?
Son sustancias que estimulan el tránsito intestinal, provocando la defecación. Los laxantes se pueden clasificar en función de su potencia y su mecanismo de acción en:
- Sustancias que incrementan la masa intestinal (fibras). Son los llamados formadores de masa o de bolo, sustancias capaces de absorber agua e hincharse, incrementando la estimulación de los reflejos de la defecación. Su efecto se nota a las 12-24 horas. Polisacáridos naturales o sintéticos (mucílagos): agar, semillas Plantago ovata) y los derivados de la celulosa: salvado de trigo.
- Si el problema persiste o la cantidad de fibra es poco tolerada, generalmente se suele recurrir a pautar agentes hiperosmóticos como el hidróxido de magnesio, la lactulosa o el polietilenglicol. Este tipo de laxantes elevan la presión osmótica en la luz intestinal. El agua pasa hacia la luz intestinal, reblandeciendo las heces, lo que favorece su tránsito y evacuación. La hidratación del bolo intestinal aumenta su tamaño, lo cual distiende la luz del colon e incrementa el peristaltismo mecánicamente, favoreciendo la eliminación rápida de las heces.
- La tercera línea de tratamiento la ocupan los laxantes emolientes y lubricantes (parafina, glicerol, etc.) que contribuyen a humectar el bolo fecal, con lo cual se ablandan las heces, facilitando su expulsión. Es pues muy adecuado para los cuadros de estreñimiento crónico debido a “impactación” fecal.
- Y los laxantes estimulantes (cáscara sagrada y hojas de sen, ruibarbo, etc.). El mecanismo de acción de este grupo de laxantes es provocar irritación local de la mucosa intestinal y estimulación del plexo nervioso del músculo liso intestinal, además alguno también provoca un aumento del tránsito de agua desde el I. delgado o el I. grueso hacia la luz intestinal. Su uso debe ser limitado y por corto tiempo. Tienen un efecto laxante excesivo y pueden producir dolor abdolminal.
- Suavizantes o lubricantes del contenido fecal. Ablandan la masa fecal (por ejemplo, los supositorios de glicerina). Por su actividad higroscópica, atraen agua y producen un ligero efecto irritante. Su uso muy continuado puede producir irritación en la zona.
- Procinéticos o estimulantes de la mucosa intestinal. Estos fármacos actúan restaurando o provocando un aumento de la motilidad intestinal, es decir la acción fisiológica del aparato digestivo encargada de desplazar el contenido desde la boca hacia el ano. Ejercen una acción irritante directa de la mucosa y la estimulación de los plexos nerviosos. Tienen efecto inmediato y no se debe prolongar su tratamiento, ya que crean dependencia, irritación intestinal, intestino vago, dañan la mucosa intestinal, y pueden producir desequilibrios en la absorción de nutrientes.
¿Qué debo hacer si tengo estreñimiento?
Los siguientes consejos te ayudarán a prevenir y a controlar el estreñimiento:
- Intenta introducir más fibra en la dieta.
- Bebe abundante agua.
- Procura establecer horarios en tus comidas.
- Come con lentitud, masticando bien los alimentos.
- No lleves una vida sedentaria, haz ejercicio.
- Escucha a tu organismo, no aguantes las ganas cuando tengas la sensación de evacuar y dedica un tiempo en el baño.
- Educar al intestino y acudir al baño sin prisas.
- No obsesionarse con la frecuencia de acudir al baño.
- Rechazar la automedicación y no abuses de los laxantes.
- Utiliza los laxantes estimulantes sólo en caso de emergencia (procura utilizarlos sólo como último recurso) y usa preferiblemente los formadores de masa (fibras).
Y recuerda: no es aconsejable tomar medicamentos si tu cuerpo realmente no los necesita. No te automediques: consulta a tu médico.